dimecres, 12 de maig del 2010

L.M.Q.C.C.L.L

No podemos controlar quién nos trae al mundo. No podemos influir en la fluidez con que nos educan. No podemos obligar a la cultura a volverse instantáneamente hospitalaria. Pero las buenas noticias son que, aún después de ser heridos, aún en un estado fetal, aún incluso en un estado hasta el momento de captura, podemos recuperar nuestras vidas.

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